Pensar para hablar
Lee el siguiente cuento y realiza los juegos:
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El discípulo de Sócrates. (Anónimo)
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Un discípulo llegó muy agitado a casa de Sócrates, y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia… Sócrates lo interrumpió diciendo:
- ¡Espera! ¿Ya hicisteis pasar a través de las Tres Cercas lo que me vas a decir?
- ¿Las Tres Cercas?
- Sí – replicó Sócrates- La primera es la VERDAD. ¡Y examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos los puntos?
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-No… Lo oí decir a unos vecinos…
- Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda Cerca que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es, por lo menos, bueno?
-No, en realidad no; al contrario…
- ¡Ah! – interrumpió Sócrates- Entonces vamos a la última Cerca: ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no; necesario no es.
-Entonces – sonrió el sabio- si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el Olvido.
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Tomado de Agudelo C, Humberto A. (2001). "Vitaminas diarias para el espíritu". Paulinas: Bogotá. PP 31.